Por Naiara Álvaro
El Patrimonio nos ayuda a crear un lazo con nuestras raíces, formando así una ideología y un sentimiento de identidad. Es por esto que en ocasiones el patrimonio cultural y natural sufre ataques dirigidos a destruir los símbolos de ciertas sociedades.
Recientemente, en el Próximo y Medio Oriente se han ido sucediendo un número de acciones contra el patrimonio cultural desde la Guerra de Irak y la posterior Guerra de Siria. La destrucción de la biblioteca de Mosul y el saqueo de los yacimientos arqueológicos de Nimrud, Hatra y Dur, son solo algunos de los ejemplos.
De todas formas, este no es un fenómeno nuevo, durante la Segunda Guerra Mundial las tropas de ocupación nazis también destruyeron el patrimonio de otras culturas. Algunos de los más conocidos son el Centro Histórico de Varsovia y los monumentos de Dresde, la “Florencia del Barroco”.
Yacimiento arqueológico de Nimrud tras el ataque de ISIS
Imagen: National Geographic
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